domingo, 23 de marzo de 2014

La historia de Därrick - Capítulo 3 - La Tormenta de las profecías



La tercera parte de la emocionante historia de Därrick ya está entre nosotros. ¿Quién será esa extraña figura que se presentó sin mayor aviso en los aposentos de nuestro protagonista?, descubrirlo por vosotros mismos!.

Capítulo 3 - La Tormenta de las profecías 

Därrick perdido, aún aletargado por la sorpresiva aparición de los lobos metafísicos que le habían salvado la vida, no lograba comprender el desaliento y la desesperación que imperaba la voz de aquel desconocido, seca, sin emociones, como un profeta desaparecido entre la sucesión de susurros malditos, en los túmulos del exterior mágico… Se sentía solo pero acompañado por una fuerte presencia, como una contradicción, como los lobos en aquel bosque.

-No se quien le ha permitido pasar, pero no es pertinente ahora mismo mantener una conversación sin sentido con un vagabundo cualquiera… Le tendré que pedir que salga de mi habitación, soy el dueño de esta posada

El extraño visitante se levantó y dejó el paso a Därrick… y justo en el marco de la puerta, como un cuervo tempestuoso profetizó:

-Los lobos son señal de muerte Därrick… Pero la muerte trae la resurrección de la tempestad, de la fuerza y la iluminación…

Därrick se detuvo en seco, sintió el peso del aliento malévolo en su columna vertebral y, al darse vuelta, la sombra que antes le acompañaba descendía a la posada. El joven paladín sonrió nervioso, deseando alejar sus pensamientos y en ese instante, como un vaticinio glamuroso del destino aciago que le esperaba, escuchó la animada  y siempre álgida voz de su amigo enano Görog, uno de los que mas le habían acompañado con el paso del tiempo. Desde que era joven, su alma se había visto irremediablemente atada a su pequeño amigo. Sonrió, en medio de aquella tempestad de coincidencias y Lobos, sonrió. Deseo olvidar aquel extraño acontecimiento.

No pudo.

Las escaleras se hacían enormes a sus pasos, un hombre regio ahora aletargado por el destino, por la magia o la hechicería que producía la verdad y el conocimiento en su alma… Sintió vértigo, respiro pesado, suspiró y siguió descendiendo, como un caballero herido de espada y escudo, como un hombre caído de su caballo y en desgracia física… Tenia miedo, en su pensamiento se cruzaban los lobos… ¿Por qué? ¿Acaso sentía miedo?, no lo sabia y prefirió pasar del tema cuando Görog le abrazó…

El enano le esperaba en las escaleras, justo en el último escalón con los brazos abiertos, era un viejo amigo de nuestro joven caballero aún cuando la vida hubiera hecho todo lo posible para separarlos ahora mismo se encargaba de reunirlos en el ojo del huracán mágico. Por un momento, Därrick volvió a la realidad absurda y se sentó con su joven amigo enano.
Görog era joven para su raza, uno de los enanos de familia noble que habían caído en desgracia familiar, de barba descuidada y cabellos dorados. Görog le ofreció asiento, el pequeño enano siempre había sido confiado y no se percato de la palidez de su su amigo. Pasó de largo de ese pequeño detalle y hablaron con hidromiel en sus manos, ¿De qué hablar? De la realidad que acechaba, los rumores decían que Görog había pasado su vida en Kalimdor, al otro lado del mundo.

-¿Los rumores son ciertos?- Esgrimió el joven muchacho con un tono de evidente incertidumbre

-En Kalimdor las cosas no están bien Därrick, vi patrullas enteras desaparecer en la noche una y otra vez, como si fueran directamente conscientes del suicidio… Pero sin gritos, sin gritos ni sangre, los cuerpos desaparecían, el aliento cesaba en la llanura orco… Algo se prepara Därrick…

El muchacho sintió un terremoto en su voluntad, dado por las apocalípticas palabras de su compañero y por una visión del terror avezado… El mago estaba a dos mesas de ellos, observándole como un cuervo vigilante en el busto de un gran filosofo… Esperando, soprendéntemente en calma. Därrick sabia que le llamaba inconscientemente. Se disculpó un momento y se detuvo de pie al lado de la mesa del encapuchado.

-¿Cómo sabia que me salvaron los lobos? – Därrick fue directo al tema, el mago impávido pensó en la respuesta y nuestro joven caballero se impaciento en cuestión de segundos, suspiró enervado y posó su mirada en el marco de marfil de la ventana que marcaba una tormenta… Se acercaba el anochecer de los cristales rotos.

-Yo los envié Därrick… El destino me ha procurado la labor de mantenerte vivo hasta que tuviéramos esta discusión… Toma asiento por favor.

El joven paladín se sorprendió y sintió un vuelco en el corazón, este druida ahora profeta le rogaba sentarse… Así lo hizo, con cierto titubeo en sus pasos… El druida no le dejó hablar

-Llegue dos noches antes que tú al pueblo Därrick y no fue azar, vengo a advertirte del peligro… Al oeste las cosas no van bien, algo, un antiguo enemigo se levanta disfrazado de cordero, debes tener cuidado pues de ahora en adelante el destino rivaliza contigo, te va a poner obstáculos… te va a herir hasta la agonía. Debes ser fuerte joven caballero… ¿Por qué? Por tus sueños, por tu linaje… por Azeroth.

Toda esta información tomaba por sorpresa a Därrick que se sintió en un sueño

-¿No puedes protegerme?, ¿Ayudarme?- Preguntó el paladín asustado y entumecido por las palabras escuchadas

-No hay tiempo para preguntas, la tormenta abisal se acerca desde el oeste, debes sobrevivir Därrick y, en el momento en que despiertes ya todo estará en orden… Prepárate, te esperan años difíciles…

Las palabras del mago se disolvieron como la realidad en un crisol de metal de hierro…  El joven paladín se sintió estasiado, feliz… Brutalmente confuso.

Su cuerpo presentaba ligereza, parpadeo y el mundo se había vuelto gris, como si su posada hubiera sido arrancada por el huracán que se acercaba… Caminó entre las ruinas desconcertado pero con un camino trazado que ni el conocía, como un brujo de épocas pasadas que conoce su existencia, su camino y labor…

-¿Dónde estoy?

La pregunta pronto fue contestada por una flecha que surcó en el cielo tras un grito desgarrador de una chica desconocida… ¡Corre! Se dio media vuelta y lo vio, al paladín de acero negro montado en su caballo resplandeciente con el mandoble a un costado; vio a la chica caer ante la estocada final del caballero. Sintió terror ante las mascara de hielo que portaba… Descendió.

-¿Dónde estoy?

Repitió en vano, el caballero se acercaba y sus instintos reaccionaron cortando el corte en seco del mandoble con su espada, movió la espada en círculos para sacárselo de encima, no lo consiguió y se arrastro hacia atrás para ponerse de pie…

-¿Quién eres?

El caballero ágil volvió a cortar el aire con el mandoble con un sonido espectral que se ahogaría en el choque con el hierro de la espada de Därrick que, rendido, apenas podía mantenerse en pie. Tenia demasiada fuerza aquel personaje y era, extrañamente familiar. Volvió a acercarse, sintió el acero pesado surcar el cielo… Därrick gritó con furia y rabia, pues su espada se quebraba como una profecía sobre la mancillada tierra. El impulso le hizo trastabillar, caer…

Se arrastró pero siente un árbol a sus espaldas… Respira pesado

Sus ojos se entornan al destino, al miedo

El mandoble se levanta… Desea no mirar

Valiente intenta hacerlo… Sostiene la mirada

Luego, las luces se apagan.

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Puedes ver los anteriores capítulos de esta historia por aquí!

¿Quieres saber más acerca de la historia narrada?, entonces no dudes en acudir a AreaJugones y conocer la vida de Nalia, una atractiva pícara cuyos acontecimientos serán narrados en una vida paralela a la de Därrick.

¡El próximo domingo espera un nuevo capítulo, estar atentos!



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